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Columna Vertebral: Canción para un viejo soldado [Opinión]
La distancia que nos separa es un libro mayor, valiente y honesto que Renato Cisneros ha elaborado con el objetivo de conocer, comprender y reconciliarse con la compleja y sombría figura de su padre.
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Conocida figura de la prensa escrita, de la radio y la televisión, Renato Cisneros Sánchez (Lima, 1975) empezó su trabajo literario escribiendo libros de poesía, entre los que destaca el primero que publicó, Ritual de los prójimos (1998). Luego entregó un par de novelas de escasa calidad artística: Raro (2011) y Nunca confíes en mí (2012). Estas últimas eran ficciones desconcertantes para quienes conocíamos su capacidad y destreza narrativas; sus lectores no entendíamos por qué un talento como el suyo se desperdiciaba en olvidables concesiones comerciales que no le hacían ningún favor.
Ahora sabemos que esas novelitas no eran sino una forma de ganar tiempo mientras tomaba valor para escribir la formidable novela que acaba de publicar. La distancia que nos separa es un libro mayor, valiente y honesto que Cisneros ha elaborado con el objetivo de conocer, comprender y reconciliarse con la compleja y sombría figura de su padre, el general Luis Cisneros Vizquerra, ex ministro de la dictadura militar y del segundo gobierno de Belaunde, pero sobre todo temido y odiado símbolo de la represión institucional y de la extrema derecha de nuestro país.
Renato Cisneros se ha acercado a la figura de su padre sin concesiones. Explora sus amistosas relaciones con los militares argentinos de los sangrientos regímenes de Videla, Viola y Galtieri; reconoce y documenta su punto de vista sobre la necesidad de aniquilar a los subversivos capturados para garantizar la seguridad nacional; acepta sin pretextos que censuró publicaciones desafectas al gobierno o que encarceló y deportó a sus opositores. Revela, también, episodios de la vida personal del popular Gaucho, como el abandono de su familia para formar un hogar aparte con su secretaria, su visión ultraconservadora de la sociedad, su furiosa homofobia, su ego que eclipsaba todo aquello que lo rodeaba, incluyendo a su propia descendencia.
Y sin embargo, La distancia que nos separa no es una feroz requisitoria de Renato Cisneros contra su padre, como alguna nulidad afirmó hace unos días. Es cierto que prevalece en sus páginas una descripción detallada de su lado menos luminoso; pero mientras avanzamos la lectura, va apareciendo la mirada del hijo que va más allá de lo que representaba la figura pública y encuentra un hombre sometido por sus contradicciones, herido por una pasión no correspondida del pasado, creyente hasta las últimas consecuencias en ciertos principios inalterables, pero también proclive a dar afecto y demostrar ante los suyos una sensibilidad nostálgica y dolorosa. Ese es el hermoso y gigantesco logro de Renato Cisneros: conseguir que, al cerrar su libro, la sombra de aquel hombre que en el imaginario colectivo es poco menos que un monstruo nos resulte un personaje conmovedor, tercamente humano, capaz de provocar nuestra compasión.
Escrita de manera brillante, con un gran despliegue de recursos expresivos y una honestidad que llega hasta las últimas consecuencias, La distancia que nos separa es un libro que no solo confirma el extraordinario momento por el que pasa la narrativa peruana, sino que revela de una vez por todas a ese estupendo escritor que es Renato Cisneros. La espera estaba ampliamente justificada.
SOBRE EL AUTOR
- Renato Cisneros, La distancia que nos separa. Planeta, 2015, 356 pp.
- Puntuación: 4.5/5 estrellas.
- Relación con el autor: amistad.
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