¡Exlibreros de Quilca están de regreso! Visítalos en la nueva Plazoleta de la Integración

En un antiguo botadero y estacionamiento de autos se ha convertido en un lugar para disfrutar de los libros.

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'Plazoleta de la Integración' se encuentra a las espaldas de Palacio de Gobierno. (Pablo Vilcachagua)

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'Plazoleta de la Integración' se encuentra a las espaldas de Palacio de Gobierno. (Pablo Vilcachagua)

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'Plazoleta de la Integración' se encuentra a las espaldas de Palacio de Gobierno. (Pablo Vilcachagua)

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'Plazoleta de la Integración' se encuentra a las espaldas de Palacio de Gobierno. (Pablo Vilcachagua)

Redacción PERÚ21

Fecha Actualización

22/08/2019 - 22:46

Exactamente a espaldas de Palacio de Gobierno, una ironía más de este país, un pedacito de ciudad ha emprendido una infatigable labor: tratar de preservar el hábito de la lectura. Un grupo de vendedores de libros, que hace dos meses fueron desalojados de la avenida Quilca, ahora han alzado sus puestos a la orilla del puente Trujillo, en el Rímac.

El lugar ha sido llamado "Plaza de la Integración" y sí que lo es. Si uno viene desde el Centro de Lima y cruza el puente Trujillo con destino al Rímac se encontrará inmediatamente con un bello parque: 16 stands blancos alineados perfectamente, un pequeño parque con bancas y mesas que invitan a la lectura y un mural multicolor que resume el sentido de este espacio: Integración.

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"Las conversaciones para trasladarnos aquí iniciaron el mismo día en el que fuimos desalojados del jirón Quilca", señala Blanca Oré, una de las libreras que tuvo que abandonar el antiguo local, el cual le pertenecía al Arzobispado de Lima.

El espacio les fue ofrecido por la Municipalidad del Rímac en enero. Tras el acuerdo, otras asociaciones, entre ellas la ONG Lima Cómo Vamos, ayudaron en el planeamiento del lugar. El resultado, tres meses después de las primeras conversaciones es asombroso: lo que era un botadero y estacionamiento de carros viejos, hoy es una colorida plaza.

Blanca Oré señala que solamente 16 de los más de sesenta libreros pudieron optar por llegar a este espacio. Sin embargo, indica que como asociación aún están a la búsqueda de otros espacios donde se pueda continuar con la venta de libros usados y nuevos.

"Con este proyecto se han logrado dos cosas", exclama Mabel Cueva, otra de las libreras del lugar, "se logró recuperar esta área que estaba totalmente descuidada y también nos hemos reinsertado al trabajo".

Por lo pronto Mabel y Blanca son dos de los 16 libreros que esperan que las ventas los acompañen. "Ahora el acuerdo que tenemos con la municipalidad es renovable. Pagamos el servicio de electricidad y otra renta propia de establecimientos comerciales", precisan.

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