Es sobrino de César Calvo. Una vez estuvo a su lado cuando el poeta recibió una llamada telefónica del cantautor cubano Silvio Rodríguez. El tío que compuso “María Landó”, que hoy la canta Susana Baca; el tío que fue cercano a Chabuca Granda; el tío que fue parte de la fundación de Perú Negro; el tío que llevó a Miki González a El Carmen y lo presentó a la familia Ballumbrosio. “Era un ser especial”, me dice.
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El sobrino es actor desde la década del 90, cantó en grupos como Torbellino, empresario —sobre todo gastronómico—, triatleta, motero, hoy está en escena con el espectáculo Los hombres no lloran y en el último tiempo es una figura en Internet a través de Nadie se salva en La Roro Network y recientemente en Studio cocina, un programa del canal gastronómico Alacocina TV, que lidera junto al chef Ernesto Noriega y va de lunes a jueves, a las 12:30 del mediodía por YouTube y diversos canales de cable a nivel Sudamérica. “La vida está para eso, para tener experiencias”, me dice.
Su padre, el hermano del poeta, fue un hombre de izquierda, sanmarquino de la facultad de Antropología. Su madre se formó en el periodismo en la Católica y también miró hacia la izquierda, a la vez empresaria. Gabriel Calvo no descarta ingresar a la actividad política.
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¿Ya eres popular en el segmento más joven de hoy, el que no vio Torbellino ni Obsesión en la década del 90?
Popular es un poco pretencioso. Las formas de llegar a la gente están cambiando y las redes, el streaming, el YouTube son canales de comunicación superimportantes hoy por hoy. A mi edad ya no me hago tanta expectativa; más bien, vivo el día a día, disfruto. Esta es una especie de fama rara.
¿Por qué rara?
No lo esperaba. Estaba acostumbrado a ser conocido como actor.
Y con un perfil más ‘amable’, ¿no?
Hoy por hoy los jóvenes quieren que seas como eres. Creo que empezó con mi participación en El Gran Chef junto con Pablo Saldarriaga, que es mi compañero en Nadie se salva. Lo que más me chocó, porque era algo que no conocía, fue el ‘hate’, después lo entendí.
¿Al punto que decides ser más filoso en ‘Nadie se salva’?
Sí, es cierto. Esa actitud mía me vuelve ‘infunable’, la gente no te ‘funa’ porque sabe que no te va a importar. Es alucinante.
¿Igual tuviste que moderarte?
Me concentro un poco más, porque el público de hoy es muchísimo más susceptible que el público de mi generación.
¿Quieren que digas las cosas más suave?
Quieren eso y también quieren brutalidad. Hay una bipolaridad extraña.
¿Al público le ‘llega’ que te ‘chupes’?
Sí, claro, que seas tibio.
Por eso existen Trump y Milei, ¿no?
Los jóvenes a veces quieren un outsider manofuerte.
¿Serías un candidato de derechas?
Hoy por hoy el Perú ya no tiene que pensar ni en derechas ni en izquierdas. Tiene que pensar en los buenos contra los malos. Todos sabemos quiénes son los malos.
¿Quiénes son?
Los que nos gobiernan.
¿Postularías al Congreso?
Es algo que he hablado mucho con Pablo.
Pablo, tu oponente político.
Pensamos absolutamente diferente, pero somos el ejemplo claro de que se puede conversar y que nos queremos. Tenemos un objetivo común como ciudadanos: el bien del país. Yo soy procapital, pero me parece que el balance es el tema. Le doy la razón a muchas cosas que dice la gente de izquierda, pero también estoy en contra de muchas cosas que dice la gente de derecha. No me encasillo.
Entonces, ¿irías al Congreso?
Hay como cuatro partidos políticos que se me han acercado a hablar. Pero ninguno me parece…
Seguirás escuchando propuestas…
Soy de las personas que no tiene que descartar las cosas. Y si en algún momento de mi vida puedo hacer algo para que este país mejore, en principio por el bien de mis hijos y de mis compatriotas, no estaré ajeno a hacerlo. Hay mucha gente de bien que no se mete en política por temor a ensuciarse, pero también es cierto que alguien lo tiene que hacer.
Ensayemos. ¿Qué harías contra la delincuencia?
Algo que va a salvar al Perú es la educación.
A largo plazo.
Y a corto plazo tienes que tomar acción, ponerte los pantalones y salir a tumbar puertas. Las autoridades saben dónde están los malos.
Los malos también se visten de buenos.
Por eso necesitamos una persona que entre y desratice nuestro país.
Complicado.
No veo otra solución. Tendría que haber meritocracia, un copia-pega del Banco Central de Reserva; si no, no vamos a salir. Hay que tratar de empujar el coche entre todos y sin ideología política; eso no tiene nada que ver ahora. Somos los buenos contra los malos.
¿Qué te gustaría hacer: más empresas o más en medios?
Estoy pensando más en mi país… Hay que hacer algo.
Autoficha:
-“Soy José Gabriel Calvo Maldonado. Mi hijo mayor tiene 23 años, es mejor que yo en todo, es mucho más calmado, más sensible. El segundo tiene 10 años y somos un poco parecidos, aunque él es recargado. Y está mi hijita, la luz de mis ojos, tiene un año y ocho meses”.
-“Los hombres no lloran es un regalito de la vida. La gente ha respondido. Es la historia de cuatro amigos que se juntan en un hotel para prepararse para el matrimonio de otro amigo. Surgen conversaciones y se habla de todo. Estamos los jueves de noviembre, en Del Carajo”.
-“Estudié Periodismo. Soy de la segunda promoción de la UPC. Antes de empezar a estudiar fui auxiliar de cámara en América Televisión, en Primera Plana, cuando Pablo Cateriano era el director de noticias. De hecho viajé mucho con Fujimori. Siempre que me quieren fastidiar me sacan mi foto con Fujimori”.
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