Mikel Erentxun: “Quiero morir con las botas puestas” | Movida21

Para nada. Cuando nació Duncan Dhu yo era estudiante de arquitectura, siempre vi mi futuro en el mundo de la arquitectura, rodeado de planos y de mesas de dibujo. La música en ese entonces, como mucho, podía formar parte de mi ocio. Cuando Duncan Dhu empezó a volverse algo importante, yo seguía pensando que era algo de unos años y que tarde o temprano volvería a la arquitectura porque yo acabé mi carrera. Creo que después de 10 o 15 años empecé a darme cuenta de que esto era algo para siempre

. ¿Y así lo sientes ahora?

Sí, ahora me gustaría perdurar más allá de los 35 o 38 años, algo así a la manera de un Bob Dylan que sale de gira con sus ochenta y pico de años. Yo ahora quiero morir con las botas puestas y seguir haciendo música de por vida, ahora mismo no podría vivir sin hacer música.

Yo estaba presentando un disco en Los Ángeles, California, y un fan amigo que también era fan amigo de Morrissey obró la magia. Me comentó: “Oye, me ha dicho Morrissey que te quiere conocer”; en aquel entonces él vivía en California. Yo había tenido cierto éxito con las versiones de sus canciones, de hecho por aquella época me llamaban el “Morrisey latino”, para mí era muy gracioso. Entonces, este amigo consiguió el milagro; estábamos un día en el camerino a punto de salir a tocar y el promotor me dice: “Te quieren saludar”, abro la puerta y entra Morrissey, casi me da un síncope.

Aquella vez se tuvo que ir, pero, para sorpresa mía, para el tercer o cuarto concierto volvió a venir y esta vez tuvo más tiempo y mientras una banda abría nuestro show, efectivamente nos pudimos sentar en una barra, tomarnos un par de gin tonics y conversar de esto y de aquello. Fue realmente muy especial, se quedó al concierto y cuando terminó me felicitó, nos intercambiamos teléfonos, pero nunca jamás me contestó una llamada; entonces, mi historia quedó ahí, probablemente me dio un número falso.

Fue muy bonita, Christian y yo nos habíamos conocido muy poquito antes y, precisamente, a raíz de esta grabación, que fue en Nueva York, pasamos unos días juntos y ahí nació una amistad que todavía hasta el día de hoy mantenemos. No me había puesto a pensar que ya han pasado 20 años, me gusta muchísimo la canción y siempre que nos hemos encontrado lo he animado a volver a hacer música, parece que ahora está volviendo de a pocos. Casi siempre que voy a Lima y hemos coincidido, me ha acompañado a cantar.