Jesse Owens, héroe olímpico

Hijo de un granjero, nieto de un esclavo y penúltimo de once hermanos, Jesse Owens escribió una de las páginas más bellas en la historia del olimpismo al conseguir cuatro medallas de oro en Berlín 1936, evento que fue utilizado por Adolfo Hitler para enaltecer la raza aria. Nació en Oakville el 12 de setiembre de 1913. En su infancia trabajó en campos de algodón, vendió periódicos y fue ascensorista para costear los gastos de la escuela.

Su profesor de gimnasia, Charles Riley, lo incentivó para la práctica del deporte base. Como Owens trabajaba arreglando zapatos después de la escuela, Riley le permitió entrenar antes de clases. En la secundaria, Jesse ganó 74 de las 79 carreras en las que compitió. Se matriculó en la Universidad Estatal de Ohio, donde obtuvo un empleo a tiempo completo mientras hacía atletismo. En 1935 obtuvo su boleto olímpico al batir cuatro récords mundiales en las finales universitarias.

Owens fue aclamado en Berlín. El 3 de agosto ganó los 100 metros planos con récord mundial. El 4 hizo lo mismo en salto largo y el 5 barrió en 200 metros planos. El 9 remató con el oro en la posta 4×100. Según los cronistas de la época, Hitler lo desairó en el palco oficial, pero años después Jesse lo desmintió. "Cuando pasé por delante de él, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal", señaló. Paradójicamente, Owens gozó en Alemania de comodidades que solo tenían los blancos, como hospedarse en los mismos hoteles que ellos y viajar en la parte delantera del bus, lo cual no le era permitido en Estados Unidos por ser afroamericano.

Al regresar a Norteamérica ni siquiera fue recibido por el presidente Franklin Roosevelt, por lo que tuvo que volver a su trabajo como botones. El reconocimiento llegaría recién en 1976, cuatro años antes de su muerte, cuando fue premiado con la Medalla Presidencial de la Libertad de los EE.UU. Falleció el 31 de marzo de 1980, a los 66 años de edad, debido a un cáncer de pulmón.