Rendido a sus pies

Porque sí, tenemos equipo. Uno que nos llenó de orgullo: el Team Perú. El de las 33 medallas panamericanas, el de la segunda mejor participación en este evento después de Lima 2019. Porque a esta patria pelotera no la hizo sonreír el fútbol. Fue el atletismo, y también el surf, con Lucca Mesinas, Piccolo Clemente y María Fernanda Reyes dominando las olas sobre sus tablas; el ciclismo y los pedaleos de Hugo Ruiz; la vela con Stefano Peschiera y Caterina Romero; y el squash con Diego Elías -que este año fue número uno del mundo-, que se hicieron dorados en Santiago 2023 y que nos pusieron en el top ten del medallero. Y fue Pilar Jáuregui, la parabadmintonista que se volvió a colgar la de oro en individuales como hace cuatro años y una más en dobles.

Ellos ganaron y jugaron bonito. No como la selección de fútbol, que nunca fue un equipo con Juan Reynoso, ese ciclón que pasó por el país arrasando con nuestra fe y todo a su paso. Últimos en la eliminatoria, sin un triunfo y un solo gol, Jorge Fossati se encargará ahora de levantar a ese muerto en vida que es la blanquirroja y recoger la fe perdida de la afición que mira de lejos el mundial.

El técnico uruguayo llegó justo a tiempo para rescatar a Universitario y sacarlo campeón nacional luego de 10 años. Título inolvidable para los cremas, que alcanzaron su estrella 27 ante Alianza Lima, y en el mismísimo Matute, en medio de un irresponsable corte de energía eléctrica que no impidió la iluminada vuelta olímpica. Luces y sombras de una final que dejó a los victorianos sin tricampeonato, que tampoco pudo hacer realidad en el fútbol femenino, pues la ‘U’ se atravesó en su camino, también le ganó la final y recuperó la corona.

El que sí llegó al tri fue Regatas Lima, dominador absoluto de la Liga Superior Nacional de Vóleibol por tercer año consecutivo. La selección femenina, en cambio, tocó fondo al perder todos sus partidos en el Sudamericano de Mayores y terminar última en su grupo. Hasta Chile nos ganó. Penosa ubicación histórica que confirma una triste realidad: nuestro vóleibol es hoy solo un bonito recuerdo.

Juan Pablo Varillas pasó por París y se fue de allí de pie y plantándole la cara al más pintado: un tal Novak Djokovic. Un gran Roland Garros del tenista nacional que alcanzó la mejor posición de su carrera en la ATP y que, además, puso al Perú en las qualifiers de la Copa Davis. Y, sobre el mar de Miami, Jean Paul de Trazegnies alcanzó por tercera vez el campeonato mundial de sunfish.

Fue otro gran año de Kimberly. Año de oro y de récord mundial. Una medalla olímpica en París puede prolongar, el próximo año, la sonrisa nacional.