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Conoce el lado más oscuro del Día de los Santos Inocentes
La denominación de la festividad hace referencia a un suceso trágico narrado en la Biblia.
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Siendo un día tan fatídico, ¿por qué las personas se juegan bromas? (Difusión)
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Siendo un día tan fatídico, ¿por qué las personas se juegan bromas? (GETTY)
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Hoy, 28 de diciembre, se celebra el Día de los Santos Inocentes, jornada que es aprovechada para jugar bromas a manera de tradición. Pese a que la fecha tiene motivo de jocosidad, su origen es mucho más oscuro.
La denominación de la festividad hace referencia al suceso trágico narrado en la Biblia. En el Nuevo Testamento (El Evangelio de San Mateo), el rey Herodes, al enterarse de que había nacido Jesús —habiendo sido advertido por los Reyes Magos— mandó matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con la intención de acabar con la vida del pequeño que se convertiría en el Mesías y en el Rey de los Judíos
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A raíz de esta terrible medida de Herodes, miles de bebés inocentes murieron asesinados, dando origen al Día de los Inocentes. Sin embargo, siendo una fecha tan fatídica, ¿por qué las personas se juegan bromas?
El motivo de esta tradición sería mucho más antigua que la terrible masacre infantil. De acuerdo a diversos historiadores, la tradicionales jugarretas del 28 de diciembre tendrían relación con las fiestas religiosas y paganas realizadas años antes de Cristo.
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En esa época, los politeístas celebraban los Saturnales, jornadas festivas reemplazadas más adelante por la Navidad. Durante estos festines, se incluía un postre parecido al roscón de reyes, en el que se metía un haba. Quien la encontraba se convertía en un rey ficticio durante esa jornada.
Esas 24 horas se cambiaba el orden establecido, y los pobres y humildes podrían ser reyes durante un breve periodo de tiempo. Durante su corto reinado, estos plebeyos, aprovechaban su condición de gobernante momentáneo, y cometían bromas y abusos contra otros conciudadanos.
De acuerdo al periodista Óscar Calvé, en un reportaje sobre el origen del día de los inocentes en el periódico ‘Las provincias’, a estos falsos reyes, a menudo, se les pedía que hicieran pequeñas demostraciones de su nuevo poder, ocasionando estas clásicas jugarretas.
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