Kamala Harris, la candidata demócrata en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, logró capitalizar un mayor respaldo ciudadano con su performance durante el debate que protagonizó junto a Donald Trump, el exmandatario que encabeza la fórmula republicana para los comicios del 5 de noviembre. Así lo revela la encuesta que publicó Ipsos tras la contienda televisada y seguida por más de 67 millones de personas (ver cuadro en esta nota).
¿Cuál fue el factor clave para posicionar a Harris liderando las preferencias de intención de voto? Según han advertido varios analistas conductuales, el eslabón estuvo en el lenguaje corporal y no verbal de ambos personajes.
Desde siempre, el estilo confrontacional y firmeza de Donald Trump ha sido uno de sus principales activos. Ello le valió para apabullar en el debate del 27 de junio pasado a un pasivo Joe Biden, actual mandatario que, tras su poca convicente participación, declinó su candidatura para darle paso a Harris. Sin embargo, en el duelo ante esta última, el martes 10 de septiembre, la situación fue diametralmente distinta y de su kinésica se advertiría una evidente debilidad.
DESDE LA PRESENTACIÓN
La primera imagen del debate dirigido por ABC News, pero emitido en 17 cadenas diferentes de noticias, era la de ambos postulantes ingresando a escena, cada uno por un lado. Mientras Trump se posicionó en su podio, ubicado cerca de él, evitando todo tipo de contacto con su duelista, Kamala cruzó el escenario para alcanzar el espacio establecido para el magnate, invadiendo su zona y saludándolo con un apretón de manos y una sonrisa elocuente, antes de volver en sus pasos para ubicarse en su sitio.
Según Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal, consultada por ABC, esto “es una muestra de fortaleza, seguridad y capacidad de liderazgo por parte de Harris”. En tanto, Trump, que tras el saludo atrajo ligeramente hacia él la mano de Harris, denota que sintió que quedó “en evidencia por la iniciativa de Harris”.
Por su parte, el comunicador Nelson Hernández dijo a La Estrella de Panamá que “cuando Harris inició el apretón de manos, encarnó su mensaje de unidad por sobre la división y demostró que no tenía miedo de enfrentarse a Trump. Lo tomó por sorpresa. Mientras caminaba de regreso a su lado del escenario, tenía una gran sonrisa en su rostro. Obtuvo lo que quería y lo sabía”.
Ya durante el intercambio de palabras, en el debate de 90 minutos, justamente los movimientos de labios y de ojos de ambos marcarían la jornada. Kamala esbozaba sonrisas y miraba fijamente a Trump; y él mostraba un gesto adusto, de labios apretados como un cerrojo, y sin hacer ningún tipo de contacto visual con su contrincante.
“La negativa de Trump a mirarla a los ojos podría interpretarse de muchas maneras: como indiferencia, falta de respeto o incluso miedo”, aseguró Hernández.
“A lo largo del debate, Harris mostró una amplia sonrisa ante algunos comentarios de Trump, y vemos una ligera inclinación de cabeza hacia atrás, elevando el mentón. Esos gestos están destinados a mostrar fortaleza, confianza, seguridad y superioridad”, continúa Guerra.
Guerra está convencida de que Kamala Harris usa la sonrisa como arma y como defensa, ya que “prácticamente todas las intervenciones de Trump tienen su réplica gestual, la mayoría de ellas en forma de sonrisa o incluso de risa, pero también hemos podido ver gestos sarcásticos o de incredulidad”.
¿Y Trump? La analista sostiene que destaca por su sobriedad en el rostro. Mira hacia abajo a menudo y muestra una gestualidad más relacionada con la derrota y con el cansancio que con la lucha. “También veremos expresiones que reflejan una capacidad de contención ante emociones como la ira o el enfado, como enseñar los dientes abriendo la boca o apretar los labios dejando la boca plana”, concluye.
Más allá de los temas abordados en el debate, el cruce de Harris y Trump ha tenido un revuelo mundial por las repercusiones de su carga gestual. Según los sondeos y críticos, ganó Kamala. Trump, como respuesta, ha anunciado que no participará en un segundo debate. Una muestra más de flaqueza.
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