Un ranking en el que Perú ocupa los primeros lugares es el de número de feriados. Por increíble que parezca, en los últimos tres años se han creado cuatro nuevos. Sin duda, anunciar más días de descanso siempre suena bien para la tribuna, pero hay importantes implicancias que considerar. Para los ocho de cada 10 trabajadores que son informales, ¿tener más feriados es una ventaja o un problema? No hace falta ser adivino para conocer la respuesta. En el caso de las empresas, la ecuación es simple: menos días laborables = menos productividad. Y si las empresas son menos productivas, se reduce su capacidad de generar más empleos formales, que es justamente lo que se necesita. En resumen, es un perder-perder.
Con el turismo, si bien el sentido común dice que a más feriados, más turismo, las cifras cuentan otra historia. Las festividades traen movimiento cuando caen lunes o viernes. Los fines de semana largos son los aceleradores. Un feriado a media semana, lejos de sumar, resta. Analicemos el turismo corporativo. Cuando hay feriados entre semana, la ocupación hotelera en este segmento cae 50%. Lógicamente, nadie quiere organizar un evento corporativo, seminario o congreso si habrá días muertos. Sería ineficiente. ¿Y el turismo doméstico? Un día libre a mitad de semana no alcanza para viajar a ningún lado. Si vemos las cifras, el efecto es prácticamente nulo.
Sin embargo, en un escenario de fin de semana largo, la figura cambia sustancialmente. Los eventos corporativos no se ven afectados. Por obvias razones, la planificación de este tipo de actividades suele evitar fines de semana. Y el turismo doméstico crece 50%, porque la ventana de días libres alcanza perfectamente para viajar dentro del Perú, lo que genera movimiento tanto en Lima como en provincias.
Necesitamos organizar este despliegue de feriados de modo que sean un aporte y no un estorbo. Si el día libre cae a mitad de semana, hay que correrlo a lunes o viernes. Claramente, esto no aplicaría para feriados como Año Nuevo, Fiestas Patrias, Navidad. Pero existen muchos otros que podrían moverse sin problema. Colombia ha implementado esta política con mucho éxito. Dicho sea de paso, en Perú también se hizo años atrás. El Congreso tiene la oportunidad de liderar este tema. Los feriados ya están creados; lo que toca es administrarlos con inteligencia. Eso sí, por favor, no inventemos más festividades. Si algo nos sobra, es eso. Lo que nos hace falta, en cambio, es generar crecimiento. No solo para el turismo, sino para todos los sectores.
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