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[Opinión] Andrés Chaves: Sobredosis de Nostalgia
“Nos venden diferentes versiones de lo mismo, una y otra vez. En este contexto, obras originales como Everything Everywhere All at Once son una heroica anomalía”.
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Supuestamente, siempre estamos en busca de novedades, la última tendencia, la siguiente evolución que convertirá lo antiguo en obsoleto, pero, sin darnos cuenta, nos hemos convertido en voraces consumidores del pasado (o una versión empaquetada del mismo).
En su brillante ensayo, Is Old Music Killing New Music?, el autor Ted Gioia ilustra con data esta abrumadora nostalgia. Las canciones viejas hoy representan el 70% del mercado de la música en Estados Unidos, cifra histórica, nunca antes vista. No solo eso. El mercado de música nueva se está encogiendo. Grandes inversionistas, que antes gastaban millones en descubrir a la próxima gran estrella, hoy se pelean a muerte los catálogos de artistas achacosos o fallecidos como The Beatles, Dylan, Bowie o Metallica, genios todos, pero cada vez más lejos de sus años mozos.
En el meollo de este cambio está el streaming, que premia el consumo crónico de lo mismo antes que promover lo nuevo. No es normal que nuestras playlists estén plagadas de canciones que tienen 40 años o más (nuestros abuelitos no escuchaban compulsivamente a Bach o Beethoven). Este es un fenómeno completamente moderno. Con el modelo actual, es más seguro apostar por los Rolling Stones que por esas bandas que prometen ser los próximos Rolling Stones.
En las películas ocurre la misma aversión al riesgo y conservadurismo extremo de apostar por propiedad intelectual antigua. Top Gun: Maverick, la última (y malísima) de Jurassic World y películas de superhéroes dominan de lejos la taquilla este año. Nos venden diferentes versiones de lo mismo, una y otra vez. En este contexto, obras originales como Everything Everywhere All at Once son una heroica anomalía.
Hoy, para músicos, cineastas y escritores, es más difícil que nunca crear y promover algo nuevo, distintivo y original. El pasado reconforta, pero, en exceso, no dejar de mirar atrás puede ser sofocante.
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