(Opinión) Mariana Alegre: Pecado capital

Fecha Actualización

13/02/2022 - 07:00

El retiro, por parte de la Municipalidad de Lima, del cerco instalado alrededor del complejo monumental San Francisco busca recuperar este espacio público dentro del plan de peatonalización del Centro Histórico. Esto desató la ira de los franciscanos por lo que consideran una afrenta al patrimonio cultural. Pero esto no fue una sorpresa. Tanto la Municipalidad como el Ministerio de Cultura venían coordinando con ellos el retiro del muro –colocado como seguridad en el contexto del terrorismo– para así devolverle a este espacio su forma original y a la ciudadanía, la posibilidad de disfrutarlo más. Se encontraron con pura resistencia.

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Más allá de los miedos naturales a potenciales problemas que surjan con la apertura de la plazuela, creo que el problema que genera la resistencia a esta acción se encuentra en que muchas personas tienen la noción de que el espacio público trae conflictos y, por lo tanto, su uso debe ser restrictivo y excluyente. En ese sentido, la privatización de espacios públicos se percibe como algo normal (miren cómo la Plaza Bolívar aún se mantiene secuestrada por el Congreso pese a los pedidos oficiales para su apertura) y la costumbre se asienta.

Sí, a nadie le gusta ver que una autoridad implemente medidas de fuerza y la gestión actual no tiene suficiente capital social para recibir el apoyo mayoritario, pero los bienes públicos son del colectivo y no de unos pocos. Ojalá que muchas iglesias reconozcan cuánto más cerca con sus feligreses pueden estar si es que deciden abrir sus puertas y tirar sus muros pues el espacio público es de todos.

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