Muchas cosas han salido a relucir con la tragedia de los incendios forestales desatados en 22 regiones del Perú, con mayor intensidad en la Amazonía, que vienen enlutando al país y arrasando su flora y fauna, tierras de cultivo y contaminando nuestras fuentes de agua, con el consiguiente desabastecimiento de alimentos en las zonas, daños al medioambiente y a la salud de los pobladores. Entre ellas, la falta de un Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales, pese a que estos han devenido en aumento en los últimos años, máxime al hacerse patente los efectos del calentamiento global.
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Resulta que el último plan venció en 2022, hace ya dos años, y como parece serle propio a este Gobierno, de mostrarse flemático en la toma de acciones, cuando Serfor (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre), perteneciente al Midagri, le presentó a la PCM uno actualizado, se pidió otro que sea multisectorial, a efectos de que dicha presidencia lo liderara, según se ha revelado por el portal convoca.pe
Este Gobierno pareciera tener atrofiado el sentido de la urgencia. No se explica otra cosa, porque si ya Serfor, entidad especialista en la materia, tenía un programa elaborado para afrontar los incendios forestales, la PCM prefiere otro, a riesgo de que mientras se elabore, estemos como estamos hoy, en buena parte del Perú, en llamas.
En mi opinión, esto explicaría que las acciones para contrarrestar el avance del fuego y sus nefastas consecuencias no hayan tenido el éxito esperado, porque han caducado las funciones y responsabilidades asignadas a cada sector en el plan que rigió hasta 2022 y, peor aún, cuando se pretende acapararlo todo, buscando liderar un tema que es eminentemente de especialidad. ¿O acaso, como solución inmediata, se cruza dedos para que llueva en las regiones incendiadas?, ¿se deja en buena parte el asunto en manos de la propia naturaleza?
Así no se admita, el Ejecutivo habría acusado el golpe de habérsele denegado a la presidenta Boluarte la autorización para viajar a los Estados Unidos, solicitada al Congreso, siendo que no cuenta con un vicepresidente que despache presencialmente en su ausencia. ¡Zas!, de pronto se dieron cuenta de la necesidad de declarar la emergencia en las regiones de Amazonas, San Martín y Ucayali; no obstante, esta medida no basta. Debe mejorársele el presupuesto, por ejemplo, al Serfor, que, de 152 millones de soles asignados en 2023, este 2024 le fue recortado a 109 millones, a pesar de la importancia del cuidado y protección de nuestros bosques y faunas silvestres.
De toda esta tragedia, la pérdida de vidas humanas, que es irreparable, pudo haberse evitado de contarse con un plan vigente.
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