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Cuidado con la polio
Es inadmisible e imperdonable que las actuales autoridades del Ministerio de Salud no tengan hasta ahora una estrategia más agresiva, de mayor eficacia, para cerrar la brecha de vacunación en los niños contra la poliomielitis.
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Es inadmisible e imperdonable que las actuales autoridades del Ministerio de Salud no tengan hasta ahora una estrategia más agresiva, de mayor eficacia, para cerrar la brecha de vacunación en los niños contra la poliomielitis.
Como se ha informado en Perú21, en estos meses se está registrando la cobertura más baja de los últimos años, en circunstancias que este terrible mal, que ya parecía desterrado de la faz de la tierra, ha cobrado un inusual rebrote en distintos puntos del planeta.
Según estimaciones recientes, más de 200 mil niños en el Perú estarían en riesgo de contraer esta enfermedad por falta de inmunización, ya que uno de los países más afectados, debido a su pésima política sanitaria en zonas críticas de la Amazonía, es Brasil, vecino del Perú. “Aquisito nomás”, como suele decirse.
Como se sabe, la polio es un virus que ataca la médula espinal y los músculos, causándoles daños irreparables a sus víctimas, principalmente durante la infancia. Y es del todo incurable. Fue gracias a la difusión de las vacunas que desde fines del siglo XX la poliomielitis comenzó a remitir en el mundo, hasta casi desaparecer hace poco más de una década.
Sin embargo, la desinformación en las redes, ciertos prejuicios religiosos fundamentalistas y los movimiento antivacuna lograron que la amenaza del virus haya retornado a la vida de los niños, incluso –todavía como casos aislados– en ciudades de Europa y EE.UU. La OMS ya había lanzado una alerta internacional, pero luego, con la llegada de la pandemia, las prioridades cambiaron.
La lucha contra el coronavirus, sin embargo, no puede ser razón para abandonar el combate y la prevención contra los otros males que penden sobre los seres humanos. Y concretamente en nuestro país, la polio es una amenaza latente, sobre todo en zonas vulnerables, que en este último año se han expandido debido a la crisis económica, la inflación y el desempleo.
Es imperativo que el Minsa se ponga a trabajar y desarrolle nuevas campañas de inoculación, pero que, asimismo, desarrolle una estrategia informativa sobre la enfermedad. Con la polio no se juega. Basta de improvisación e indolencia.
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