El Metropolitano en riesgo

“Es incomprensible la actitud del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, al querer obstaculizar las obras de la Línea 2 del Metro de Lima, obra emblemática que va a ayudar a ordenar en parte todo este caos”.

Richard Arce

Fecha Actualización

19/07/2024 - 07:04

Considero que el principal problema que tiene una ciudad caótica como Lima es el transporte urbano donde al día debe movilizarse un promedio de 3 millones de personas utilizando diversos medios de transporte, desde mototaxis, combis, buses, taxis y el caos de los buses y piratas que compiten en las desordenadas vías.

Se entenderá que la solución al problema pasa por implementar servicios de transporte masivo, como se hace en las grandes urbes del mundo, lo que ayuda a la circulación y sobre todo a la productividad por el tiempo ahorrado en los traslados de las personas que salen a trabajar. Lamentablemente, nos hemos quedado en el tiempo y todavía soportamos la crisis de un transporte desordenado y riesgoso, basta ver la incidencia de accidentes diarios de peatones y vehiculares a consecuencia de este desmadre del transporte público.

Por eso es incomprensible la actitud del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, al querer obstaculizar las obras de la Línea 2 del Metro de Lima, obra emblemática que va a ayudar a ordenar en parte todo este caos. Entiendo que todo por un tema de egos y hasta de prepotencia que a lo único que nos ha llevado es a retrasar el trabajo y mostrar un desprecio de la gestión actual del municipio con las necesidades prioritarias.

Esta semana se anunció la paralización del Metropolitano, otro servicio de transporte masivo que a pesar de sus debilidades ayuda a transportar a miles de personas y que ya se puede considerar imprescindible para la ciudad. Por eso, esta decisión de las cuatro empresas concesionarias del Metropolitano, de manera unilateral, sería un problema de proporciones, sabiendo que al día se tiene un promedio de 420,000 viajes.

Los concesionarios alegan el incumplimiento de parte de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) y de la Municipalidad Metropolitana de Lima en materia de deudas impagas y desorganización del sistema; al final este ha sido el pretexto para que no se dé la renovación de flota, que también es el compromiso de las empresas concesionarias que han visto la oportunidad para evadir lo establecido en la relación contractual.

Que el alcalde incapaz entregue de una vez las estaciones pendientes, que empiecen a coordinar y dialogar y se encamine las mesas de trabajo que se han establecido el pasado miércoles, no hay de otra.

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