¿Por qué se elige como se elige y por qué se vota como se vota? Vamos a tratar de contestar semejantes preguntas.
Carlos Meléndez, años atrás, definió el “rational cholo” como “el elector materialista para quien la política se debe traducir en un bien concreto; un votante que prioriza el pragmatismo sobre los ideales, a quien le estorba la política organizada y solo busca eficiencia en la administración pública”. Todo ello en un marco, sigue Meléndez, de “pérdida de vigencia de los partidos y prédica antipolítica”. No obstante, para el suscrito, lo que Meléndez llama “rational cholo” no sería sino la expresión política de las “instituciones populares” (y no solo el resultado de la ecuación antipolítica y no vigencia de los partidos como asegura el sociólogo). ¿Cómo así?
La idea de “instituciones populares” se refiere a las organizaciones y sistemas de reglas de juego que existen en ese Perú popular, ancho, ajeno y de clases medias emergentes. Estas instituciones pueden ser, entre otras, la familia, las tradiciones o esa increíble red de mercados populares, esquemas de competencia y cooperación propias del capitalismo, incluso más salvaje e informal. Vale decir que en los largos debates nacionales sobre instituciones e institucionalidad, la academia nacional solo ha optado por aquellas instituciones del Perú oficial y no del Perú emergente y popular. De allí que cuando indican que se necesita un “shock de institucionalidad” solo se habla sobre el Estado o los partidos; pero nunca de estas “instituciones populares” que contienen esta racionalidad política, el “rational cholo” (parafraseando a Meléndez).
Solo a través de las instituciones populares se puede entender que Juliaca o Puno, dos ciudades fenicias y promercado, hayan votado de forma masiva por Pedro Castillo y no por Keiko Fujimori: el chotano representaba sociológicamente las ideas del mundo popular que valora las tradiciones, la familia o “la mano dura”. Para corroborar lo anterior, Castillo empezó su ascenso anteponiéndose a todo lo que la “postmoderna de izquierda” Vero Mendoza promovía (no a la legalización del aborto o la llamada ideología de género). ¿Alguien con dos dedos de frente puede sostener que en Huancayo o el puneño promercado votaría por un proyecto “comunista” o colectivista?
Lima es hoy la primera ciudad donde existen vastos sectores populares y emergentes. El nuevo limeño de “las limas o los conos” es hijo de un migrante de segunda o tercera, pero que mantiene viva la superestructura, las tradiciones provincianas, y cuya familia ha emprendido un negocio (más informal que formal). Es más, no se puede entender el capitalismo en el mundo popular sin la familia y las tradiciones. Aquí estaría el “rational cholo”, popular, conservador y promercado que podría votar por la izquierda o derecha (dependiendo de quien represente políticamente sus valores e instituciones).
