El miércoles pasado la Reserva Federal (FED) redujo su tasa de interés en medio punto porcentual (el nuevo rango es 4.75% - 5%) y trazó un rumbo para dos recortes adicionales este año, seguidos de cuatro más en 2025. Las tasas se habían mantenido previamente en un máximo de más de 20 años desde julio de 2023. La acción marca la primera flexibilización de la política monetaria de la Reserva Federal desde 2020 y el final de su campaña de lucha contra la inflación más agresiva desde la década de 1980.
La Reserva Federal esperó más que algunos otros bancos centrales para comenzar a flexibilizar la política monetaria para sentirse más cómodos con la trayectoria descendente de la inflación, como muestran los últimos informes de precios. La decisión también consideró la ralentización del mercado laboral americano, con una reducción de nuevos empleos y un aumento del desempleo. El nuevo consenso de la FED es que la tasa de desempleo suba al 4.4% desde su pronóstico anterior del 4.0%, que la economía crezca 2% este año y los próximos dos, y que la inflación cierre en 2.5% este año y 2.2% el próximo.
La decisión muestra que la FED confía en que está en camino de controlar la inflación, ya que esta disminuiría a un nivel cercano a su objetivo del 2%. La expectativa de una caída de los alquileres y de los precios del petróleo (o al menos no un aumento) también soporta este pronóstico. La preocupación de la FED ahora se centra en el mercado laboral, donde si bien la tasa de desempleo del 4.2% sigue baja, está en aumento y las empresas han reducido sus contrataciones. El recorte de tasas representa una apuesta de que se está ganando la lucha contra la inflación y que se requiere una acción para apoyar el mercado laboral
La política monetaria es más un arte que una ciencia, como muchas veces hemos visto en el pasado, donde las decisiones resultaron en efectos no deseados al tomarse prematuramente o muy tarde, de modo que causaron una recesión o un rebrote inflacionario. Incluso pueden dar las señales equivocadas a los mercados. Sin embargo, la FED tiene margen para hacer menores recortes que los 1.5 puntos porcentuales ofrecidos hasta fines de 2025, de estimarlo necesario.
Esta reducción inicial de las tasas de interés en medio punto porcentual es trascendental, no solo para EE.UU., sino para la economía global, al marcar el comienzo de un ciclo de flexibilización monetaria. Otros países ya habían empezado a reducir sus tasas, pero, si EE.UU. no los acompañaba, iba a afectar los flujos de capitales y de bienes. También tendrá un efecto positivo sobre las tasas de interés del sistema financiero que beneficiará a los compradores de vivienda, a los consumidores y a las empresas en general, permitiendo una reactivación de las distintas economías. Esta reducción de tasas de la FED es positiva para el Perú, que tiene una economía que funciona con dos monedas, ya que facilitará el trabajo del BCRP para continuar reduciendo su tasa de referencia sin impactar el tipo de cambio.