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La peor crisis: 8 intentos de salida
“Las ineficiencias, arbitrariedades y sesgos de sectores del sistema de justicia. La desaparición de una cultura política y una democracia con una sectaria y violenta utilización de etiquetas e insultos a quien piensa diferente”.
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Vivimos hoy la crisis democrática más profunda y compleja de nuestros últimos 50 años, en un contexto global de recesión democrática y polarización ideológica. Los síntomas son evidentes. Hemos retrocedido en indicadores de democracia, Estado de derecho, educación, competitividad, ética y un gran etcétera. Las causas están ampliamente diagnosticadas. La más baja aprobación y confianza de Ejecutivo y Congreso en 30 años. La intromisión de las economías ilegales en todo los estamentos del Estado que incluso favorecen el crimen organizado. La atomización partidaria que socava aún más el problema de representación entre autoridades y ciudadanos. La predominancia de usar el poder para beneficios judiciales, mercantiles, mafiosos de altas autoridades. Las ineficiencias, arbitrariedades y sesgos de sectores del sistema de justicia. La desaparición de una cultura política y una democracia con una sectaria y violenta utilización de etiquetas e insultos a quien piensa diferente.
La sociedad está en modo supervivencia: busca empleo y protege su vida de la inseguridad y extorsión. Es vergonzoso que no tengamos un consenso contundente sobre lo sucedido en las últimas protestas con medio centenar de muertes. Es vergonzoso que cada quien busque su constitucionalista para defender su postura, cuando en la simpleza de los principios, hay innumerables ejemplos que la separación de poderes está por lo menos debilitada y que estamos desacatando compromisos internacionales. Los altos niveles de apatía, frustración e infantilismo deben transformarse en activismo, esperanza y sabiduría para intentar reencauzar esta crítica situación. ¿Qué hacer? No hay vara mágica. No hay caudillo salvador. No hay receta única ni menos inmediata. Debemos hacer mucho, en paralelo. Acá 8 acciones que podríamos seguir empujando. 1. Denunciar con contundencia y visibilizar con claridad a los contrarreformistas y autoritarios. 2. Activar a la ciudadanía a movilizarse en temas específicos. 3. Usar todos los canales legales de incidencia política y participación ciudadana: referéndum, revocatorias. 4. Crear mecanismos para cerrarle el paso a los candidatos con serios cuestionamientos éticos y judiciales. 5. Fomentar las alianzas y frentes en las próximas elecciones. 6. Motivar la participación en partidos políticos de peruanos decentes y competentes, con foco en el super-Senado. 7. Consensuar acuerdos mínimos en seguridad, lucha anticorrupción, justicia, anemia, reactivación económica con respectivos proyectos de ley y programas. 8. Resguardar y fortalecer los organismos electorales y la observación electoral para garantizar elecciones limpias. ¿Qué estás haciendo tú?
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