El ampuloso mensaje presidencial; además, de los yerros señalados en mi columna precedente, evidencia la más vil de las perfidias, cuando Dina exclama: “¡Hace un año y siete meses defendimos juntos el mayor desafío de nuestra democracia! ¡Defendimos la libertad! ¡Defendimos el Estado de derecho! ¡Defendimos la economía social de mercado, la libre iniciativa privada y el derecho de nuestros ciudadanos al trabajo, al crecimiento y el progreso!”. Continúa, sin ningún remordimiento: “Asumí la presidencia de la República en un momento dramático y difícil. Recibí un país paralizado, por responsabilidad de un gobierno causante de la peor crisis de confianza y de la mayor fuga de capitales de los últimos 50 años”.
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Estas expresiones grafican su personalidad amoral, pues fue secuaz de Pedro Castillo —entonces vicepresidenta de la República y ministra de Estado hasta el 25 de noviembre de 2022—, fue la más férrea de sus defensores, de verbo encendido y radical. ¿Resquemor o envidia?
Respecto a Tía María señaló: “El proyecto minero es una realidad que creará 9,000 puestos de trabajo durante la etapa de construcción, y 4,800 puestos de trabajo permanentes, entre directos e indirectos…”. Tamaña falacia no tardó en ser desmentida por los propios actores del Gobierno. El día martes, el ministro Rómulo Mucho señaló en condicional que “si se apertura Tía María es posible que avance más rápido Michiquillay”, acto seguido, el miércoles el ministro Arista, mencionó que “Tía María tiene que salir”. El mensaje entre líneas deja claro que no existe nada concreto; en efecto, es un proyecto paralizado desde hace 10 años y no cuenta con licencia social. ¿Impudicia o lujuria?
La retahíla de anuncios tocó a la petrolera estatal, bajo el epígrafe “Sostenibilidad de Petroperú”, entonces fiel a su estilo anunció: “Hoy la refinería de Talara con una tecnología que se encuentra solo en ocho países del mundo, empieza a rendir frutos, siendo un elemento fundamental para que la empresa genere rentabilidad necesaria y cumpla con su compromiso”. ¿A quién pretende engañar con colosal embustería? La refinería es la peor estafa de la historia, Petroperú no vale nada. Inexorablemente, se tiene que apalancar en inversores privados. ¿Vesania o ira?
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Para las mipymes, el motor de la economía, sin embargo, migajas. Los programas Proinnovate, Ruta Productiva y Exportadora, beneficiarán a 890 mipymes, a esto llama pomposamente reactivación del sector; con la misma ironía, pretende combatir la criminalidad cambiando de nomenclatura al Ministerio del Interior, combatir la anemia con visitas domiciliarias y contrarrestar la pobreza con bonos y limosnas. ¿Desidia o pereza?
Parafraseando sus palabras al iniciar su mensaje, digo: Queridos compatriotas, héroes cotidianos de la patria. ¡Dios nos coja confesados!
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