Siempre he disfrutado las olimpiadas, pero nunca tanto como este año. Es la primera vez que las veo con mis hijos, quienes ya están en edad de conversar no solo acerca de la habilidad de los atletas, sino también de todo lo que ocurre alrededor de cada disciplina, prueba y equipo; y que es quizá mucho más importante. Es imposible recopilar en 4500 caracteres todas las lecciones que nos han dejado los participantes de los Juegos Olímpicos de París 2024, pero quisiera compartir algunas de las que han sido las favoritas de mi familia.
Diversidad y equidad: Desde la ceremonia de inauguración, las olimpiadas de París 2024 nos han dado numerosas oportunidades para hablar de estos temas. La participación equitativa de 5,250 mujeres y 5,250 hombres, el primer podio olímpico en gimnasia integrado totalmente por mujeres de color, e incluso la injusta controversia generada a raíz del triunfo de la boxeadora argelina Imán Khalif frente a su contrincante italiana, han sido momentos clave para hablar de lo importante que es seguir luchando contra la discriminación y en favor de la tolerancia, la igualdad, la equidad y el respeto.
Humildad: Sin importar qué tan bueno hayas sido o seas, la forma en la que te comportas cuando otro te supera es clave. Entre el año 2000 y 2016 Michael Phelps participó en cinco olimpiadas y se posicionó como uno de los mejores nadadores de la historia, ganando más de 23 medallas de oro y rompiendo un gran número de récords. Este año ha seguido dando el ejemplo, no en la piscina, sino en diversos medios y espacios donde ha celebrado efusivamente los triunfos de León Marchand quien ha superado sus tiempos y se ha adjudicado cuatro oros en Paris 2024.
Que nadie te niegue tus derechos: A pesar de que el régimen Talibán instalado en Afganistán no permite la participación de mujeres en los deportes, tres mujeres afganas han hecho valer sus derechos y forman parte de la delegación de ese país, reconocida por el Comité Olímpico Internacional, que compite bajo la bandera negra, roja y verde de la república derrocada. Asimismo, otras 2 atletas afganas participan como parte del Equipo Olímpico de Refugiados (EOR).
Resiliencia: los 37 integrantes del EOR que compitieron en 12 disciplinas, son, sin lugar a duda, un ejemplo de resiliencia. No solo han logrado prepararse para participar en los juegos de París 2024 a pesar de la adversidad que enfrentan en el día a día, sino que incluso, la extraordinaria participación de Cindy Ngamba en boxeo, le permitió a este equipo ganar su primera medalla olímpica.
A veces hacer oír tu voz es más importante: A pesar de que la carta olímpica prohíbe cualquier tipo de manifestación política, diversos atletas han utilizado este importante escenario para “levantar su voz” respecto de temas de derechos fundamentales, inclusive cuando para algunos esto les ha significado ser descalificados. Así, Manizha Talash, afgana miembro del EOR, vistió una capa celeste con la frase “liberen a las mujeres afganas” durante su presentación de break dance, que fue aplaudida por la audiencia y por su contrincante; mientras que Kimia Yousofi, integrante del equipo de Afganistán, tras terminar su participación en la carrera de 100 metros, volteó el letrero que llevaba su nombre para mostrar el mensaje “educación, deporte, nuestros derechos”.
Nada está dicho hasta el final: Como suele ocurrir en estos eventos, han sido varios los triunfos inesperados de atletas y equipos que no eran a los que se esperaba ver ganar, pero que lograron hacerlo debido a su fortaleza mental, confianza y persistencia. Uno de mis casos favoritos se dio en la final de los relevos mixtos 4x100 donde el equipo de Países Bajos ganó la medalla de oro tras rebasar en los últimos metros de la carrera al equipo de EE. UU. que tan solo unos días antes acababa de establecer un nuevo récord olímpico en la fase eliminatoria de dicha prueba.
Termina bien todo lo que empiezas: Durante los “heat” de los 3000 metros con obstáculos masculino Amos Serem de Kenya no logro saltar una de las vallas y se vio obligado a retroceder para poder superar el obstáculo y terminar la prueba. A pesar de que esto le costó importantes segundos, y de que teóricamente podía ser descalificado por tocar la valla con las manos, Serem no se rindió, corrió con convicción y logró clasificar a la final.
Ojalá en un futuro cercano no precisemos de los Juegos Olímpicos para tener tantos ejemplos a la mano de estas y muchas otra conductas y valores que necesitamos como sociedad. Ojalá nuestras autoridades, empresas, comunidades, familias y nosotros mismos podamos ser cada día un poquito más olímpicos.
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