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Luis Davelouis: 29 de marzo y 5 de abril
‘Los autoritarismos se parecen mucho desde abajo, donde estamos los que solo tenemos nuestro voto y, algunos, el privilegio de una voz que, igual, puede ser apagada con una llamada teléfonica’.
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Finalmente, el gobierno de Venezuela devino en dictadura pura y dura. El Tribunal Supremo de Justicia de ese país –muy cercano a Nicolás Maduro– decidió cerrar la Asamblea Nacional (el Congreso) y asumir sus competencias. Ahora todos los poderes del Estado los controla Maduro. El rechazo de nuestro gobierno no se hizo esperar, retiro de embajador incluido.
Muchos que hoy condenan el golpe en Venezuela callaron (y callan) cuando en 1992 Alberto Fujimori cerró el Congreso con la excusa –muy chavista– de que el Perú estaba dejando de ser una democracia "formal" para convertirse en una democracia "real". Por eso da risa ver a los fujimoristas condenar el golpe mientras tratan de explicar que ese golpe y este golpe "son distintos".
La congresista Rosa Bartra declaró que la OEA respaldó el golpe de Fujimori. ¿En serio? ¿Le falla la memoria o en 1992 no tenía uso de razón? Fue gracias a la presión internacional encabezada por la OEA –y a que Washington bloqueó más de US$300 millones de ayuda para el Perú– que Fujimori llamó a elecciones para los siguientes 6 meses.
Los autoritarismos se parecen mucho desde abajo, donde estamos los que solo tenemos nuestro voto y, algunos, el privilegio de una voz que, igual, puede ser apagada con una llamada telefónica, como saben Aldo o Gustavo Gorriti, por ejemplo.
En diciembre 2015, luego de las elecciones en Venezuela, Maduro dijo que estaba reconsiderando construir las 500 mil viviendas populares que ofreció en campaña porque "te pedí tu apoyo y no me lo diste". La semana pasada, Keiko Fujiimori dijo mientras entregaba donaciones a los damnificados: "quizás, si hubiésemos sido gobierno, hubiésemos podido traer mucho más". Interesante, ¿no?
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