Mónica Delta: ¿Amor al chancho? No, ¡a los chicharrones!

¿Los 19 partidos que solicitaron su inscripción en el JNE tienen, al menos, 18 locales cada uno en las diferentes ciudades del país, como manda la ley? No. ¿Cuál es el número de militantes de cada agrupación política? En la mayoría de casos, ni existen suscripciones oficiales. En temporada de "caza de votos" son asociaciones temporales con fines de lucro.

Históricamente, está demostrado que son pocas las posibilidades para quienes están en la cola en intención de voto, un salto exponencial, un golpe de suerte. Aquí cabe la pregunta: ¿Cuáles son las motivaciones de los llamados candidatos pitufos? En algunos casos, los más jóvenes, para hacerse visibles, tratar de pasar la valla del 5% y continuar una vida política. Eso es saludable y legítimo. Sin embargo, aquellos 'enanos' electorales que piensan equivocadamente que hay un nicho de 30% que se volcará a su candidatura en el último minuto resultan una "estulticia", una necedad, una tontería.

Aquellos 'fósiles' que se sienten felices con una candidatura que no los llevará a ninguna parte caen en esa palabra que acabo de aprender, estulticia. La testarudez, la vanidad sin argumento son combinaciones mortales que nos muestran como una democracia "fronteriza". Volviendo a la ley, si hablamos de casi una veintena de agrupaciones electorales, tendríamos que tener cientos de locales partidarios en el país. Por otro lado, ¿podemos acceder a los antecedentes penales, policiales y judiciales de cada uno de los integrantes de las planchas? No.

Solo esperar las denuncias periodísticas porque los participantes solo deben consignar en sus hojas de vida si tienen sentencias firmes. En esta contienda hay candidatos en la cárcel acusados de corrupción o asesinato. También tenemos un candidato que se jacta de ser millonario, pero en su hoja de vida asegura que vive en San Juan de Lurigancho, cuando en realidad vive en La Molina. Ante el descubrimiento, suelto de huesos, dice que aún no vive en el popular distrito de SJL, pero que lo hará, porque le tiene afecto. ¡Por Dios, qué descaro! Buscan amores temporales para captar votos. ¿Amor al chancho? No, ¡a los chicharrones!