Nos dejó “el Diego”

Pocos países han tenido un futbolista como Pelé o Maradona. No solo conocidos por su excelente juego sino por convertirse en un líder de los hinchas del fútbol en el mundo. Pelé siempre destacó por ser un excepcional atleta y tener un sentido incomparable para meter goles.

Carlos Tapia

Fecha Actualización

30/12/2020 - 12:04

Pocos países han tenido un futbolista como Pelé o Maradona. No solo conocidos por su excelente juego sino por convertirse en un líder de los hinchas del fútbol en el mundo. Pelé siempre destacó por ser un excepcional atleta y tener un sentido incomparable para meter goles.

Pero Diego Maradona fue un genio nato, creador de un estilo con enganches y jugadas hasta entonces nunca vistas. Innovó una nueva forma para superar las marcas de los contrarios que parecían propias de quienes en los circos del mundo muestran piruetas con el balón que parecen imposibles.

Pero, además, logró conquistar los corazones de los argentinos no solo por la magia de su fútbol, admirado por los hinchas del equipo por el que jugaba sino, también, por los hinchas y hasta jugadores del equipo contrario. Sin lugar a dudas nació con esta habilidad pero desde niño tuvo la gran voluntad para hacerla realidad.

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Completó esta temprana genialidad con una personalidad basada en una autoestima fortalecida por el reconocimiento de sus habilidades por propios y extraños. De origen humilde, tuvo la valentía de mantener la modestia reconocida por todos. De allí que no le fue difícil transitar de la genialidad en el fútbol a convertirse en la personalidad, líder, y después ídolo para todos los argentinos.

Su vida tuvo muchos contrastes, de genio en el fútbol a la incansable adicción a la cocaína. “El Diego” conquistó la admiración llevada a la pasión de las mayorías sin habérselo propuesto. “Solo les pido que me dejen vivir mi propia vida. Yo nunca quise ser un ejemplo”, expresa la modestia y naturalidad de quien conoce los avatares extremos en su vida.

“Me arrepiento de haber hecho sufrir a los que me querían”, ya sonaba a despedida.

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