PUBLICIDAD
[Opinión] Camila Bozzo: Un agravio para la memoria
Imagen
Fecha Actualización
El sábado murió Abimael Guzmán, el más grande genocida de nuestra historia. El perverso hilandero del “pensamiento guía” que precipitó al Perú a la insana barbarie terrorista y que se cobró la vida, de la forma más cruel y despiadada, de miles de peruanos.
Guzmán no pudo materializar el proyecto totalitario que sus delirios marxistas-leninistas-maoístas le hacían fantasear, y que además arropaba bajo la retórica de la liberación social, porque el Grupo Especial de inteligencia de la Policía (GEIN) lo capturó junto con otros miembros de la cúpula de Sendero Luminoso, en lo que constituyó un golpe mortal para su organización terrorista. Sin embargo, los herederos de su ideología, aunque en minoría, aún perviven en el Movadef (organización que se dedica a ensalzar la imagen y pensamiento de Abimael Guzmán) y en un sector del magisterio que tiene estrechos vínculos con esta organización.
Es una afrenta para la memoria de todos los peruanos, en particular la de las víctimas, que personas que simpaticen con el Movadef o que tengan vínculos con Sendero ocupen cargos de responsabilidad en este gobierno. Es, en particular, indigerible para la moral del país, además de peligroso, que Iber Maraví (que tiene nexos insoslayables con esta organización terrorista y que es cercano al Movadef) y Guido Bellido (investigado por apología al terrorismo y manifiesto simpatizante de Sendero) formen parte del gabinete.
El tuit de “condena al terrorismo” publicado el sábado por el presidente Castillo no será más que retórica preñada de una vacuidad ofensiva en tanto no adopte acciones inequívocas de deslinde con los simpatizantes de Sendero Luminoso. Eso pasa por apartar a Maraví y Bellido del gabinete, y despercudirse de la influencia nociva de la facción radical del magisterio, así como de Cerrón.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD