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[OPINIÓN] Iván Arenas: “Política y minería informal”
“Ningún partido político en la escena parlamentaria ha logrado construir una respuesta política, técnica, social y ambiental al reto inmenso de formalizar de una buena vez a miles de mineros”.
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En las próximas semanas un sector de ese inmenso mundo de mineros informales (o en vía de formalización, como se suele llamar) presentarían los requisitos últimos para inscribir su propio partido político.
No es novedad que la minería en vías de formalización ha participado en política desde años atrás de diversas formas tanto en la política local, regional y nacional. A veces los mineros en vías de formalización han financiado proyectos políticos, partidos, candidatos e incluso, allegados y familiares de sus principales dirigentes han sido candidatos al Congreso.
En las regiones y en las provincias el asunto parece ser “normal”. En Andahuaylas, para poner un ejemplo, el exalcalde de Tarayrihua, opositor a la minería moderna, es un minero “en vías de formalización” con asiento en el Reinfo, padrón donde empieza el proceso de formalización.
Aquí vale detenerse un momento para observar la delgada línea que separa de informales e ilegales; no obstante que a veces se difumina y se termina con un pie aquí y otro allá. Quizá una de las diferencias es que los mineros en vías de formalización no explotan yacimientos en espacios prohibidos como lo hacen los ilegales. En todo caso si revisamos caso a caso nos llevaremos más de una sorpresa.
El detalle aquí es que la dirigencia de los mineros en vías de formalización han reparado que un bloque tan diverso, tan grande y económicamente poderoso como el suyo necesita representación política para proteger sus intereses y demandas. Y eso no es baladí. Ya no necesitan intermediarios que políticamente son costosos o cabilderos extraparlamentarios sino esta vez representación directa.
La decisión pasada de apoyar el proyecto aventurero y colectivista de Pedro Castillo no cayó bien en una parte de los dirigentes que entienden que lo suyo es puro capitalismo popular y no están para soliviantar experimentos de corte socialista que nada les ata, salvo su génesis y cariz popular como en el caso del chotano.
El otro detalle es que, amén de algunas iniciativas puntuales, ningún partido político en la escena parlamentaria ha logrado construir una respuesta política, técnica, social y ambiental al reto inmenso de formalizar de una buena vez a miles de mineros. No hay hojas de ruta ni alternativas para la reducción del burocratismo salvaje.
En todo esto, si logran construir oficialmente un partido para competir en 2026 e incluso si no lo consiguen, ¿desde qué coordenadas harán política? ¿Desde la izquierda? ¿Desde la derecha? ¿O se puede hacer política también desde el antiestablishment procapitalista?
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