[Opinión] Aldo Mariátegui: Clara Elvira, la madre del cordero

Dizque la historia habría sido diferente si Cleopatra hubiera tenido la nariz distinta o que también el simple aleteo de una mariposa puede terminar generando un huracán. Cuando a mí me preguntan cuándo toda esta estabilidad política y económica posfujimorista –casi 20 años continuos de vigencia de democracia funcional con crecimiento económico– se jodió y terminamos en esta pesadilla actual, les respondería que este andar calamitoso se inició desde ese irresponsable informe televisivo, a muy pocos días de la primera vuelta de 2016, en que un tipo en Miami salió –sin pruebas, esas que hasta hoy esperamos– a afirmar que Keiko había recibido y lavado US$15 millones.

Eso desestabilizó y envenenó completamente ese proceso e impidió que hubiéramos tenido un Ejecutivo con una sólida mayoría parlamentaria, evitando el impasse letal del presidente con el Congreso en contra, lo que nunca ha funcionado en nuestro país. Bastaba revisar lo que pasó con Billinghurst, Bustamante y Belaunde 1 para avizorar que un gobierno minoritario de un casi octogenario con solo 17 congresistas –además, de distintos colores y peleados entre ellos– iba a funcionar. Es cierto que el tema se enfrió en la campaña y que los fujimoristas lo resucitaron y volvieron nuclear con ese estúpido intento de presentar unos audios falsos al respecto, pero todo el tema no habría nacido si no se daba ese sesgado, antiprofesional y maloso reportaje.

¿Y quién fue la responsable última de que ese brulote se emita? Pues Clara Elvira Ospina, que fungía por entonces de todopoderosa jefa de los canales 4 y N. Ospina no solo ya había vuelto a N una sucursal del IDL y de la caviarada, sino que también convirtió al programa dominical del 4 en una demoledora de los enemigos de los caviares. ¡Si gana Petro en Colombia, que esta gran culpable de la tragedia peruana se vaya allá a gozarlo!

PD.: No a la expulsión de la activista antichavista Paulina Facchin del Perú.