Una Sunedu de brevetes

La Sunedu se ha convertido en un organismo con mucho respaldo popular por tener la imagen de querer mejorar la educación y, a pesar de que uno pueda estar o no de acuerdo con los métodos que utiliza para lograr su objetivo, se le podría usar como referencia para mejorar la calidad de conductores en el futuro.

En el Perú, sobre todo en ciudades grandes como Arequipa, Lima o Trujillo, el tráfico es caótico; pareciera que muy pocos son quienes conocen las reglas de tránsito y menos aún quienes las aplican. Asimismo, si bien parte del problema del tráfico es el deficiente transporte público, el verdadero problema es la nauseabunda corrupción en las entidades encargadas de emitir las licencias de conducir. Lamentablemente, lo que sucede en esas cunas de corrupción es como la canción “Juanito Alimaña”: todos lo conocen, nadie lo delata.

Es por ello que el Estado debe dejar de tener el monopolio de la emisión de licencias y permitir que privados sean los que las emitan, pero que no sea el Estado quien a dedo designe a una empresa para que lo haga, sino que cree un organismo como la Sunedu que establezca las reglas para poder crear empresas que se dediquen a la emisión de brevetes y se las regule fuertemente. Seguramente algunos lectores dirán que los privados también pueden ser corruptos; es cierto, pero para eso estaría el nuevo organismo que supervisaría el funcionamiento de aquellas empresas como lo hace la Sunedu con las universidades.

Aquello tiene que buscar terminar con mafias enquistadas en las gerencias regionales de transportes que corrompen a jóvenes al no darles otra opción para sacar su licencia. Ojalá que el Ministerio de Transportes decida emprender esta reforma y logre que quienes cuenten con brevete lo tengan porque conocen las normas de tránsito y no porque sobornaron.