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El tema de hoy: Se acabó el recreo
“Hoy la vacancia presidencial ya está sobre la mesa y no hay marcha atrás. Se demanda altura y mesura de nuestros políticos y un debido proceso”.
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Con ese eslogan, el entonces candidato Pedro Pablo Kuczynski trataba de hacerse un espacio en la contienda electoral de 2016. Casi dos años después, ya convertido en presidente de la República, es a PPK a quien parece habérsele acabado el recreo; es a PPK a quien hoy, no solo el Congreso sino los ciudadanos de a pie, le enrostran la promesa en la que creyeron sus más de ocho millones y medio de votantes.
El miércoles, la revelación de que una empresa de su propiedad: Westfield Capital habría recibido US$782 mil de Odebrecht como pago por asesorías, siendo él premier y ministro de Economía en el gobierno de Toledo, fue la gota que rebalsó el vaso con agua que él mismo llenó a lo largo de varios meses con medias verdades.
Treinta y cuatro horas tuvo que esperar el país para que, cerca de la medianoche del jueves y rodeado de ministros y congresistas, el jefe de Estado saliera a “dar la cara” con un mensaje confuso, ambiguo, de apenas seis minutos que no dejó más que insatisfacción.
Reconoció la propiedad de Westfield Capital, pero trasladó la responsabilidad de su administración a su amigo Gerardo Sepúlveda. Anticipó que pediría al Ministerio Público el levantamiento de su secreto bancario cuando ya se encuentra inmerso en una investigación fiscal que podría disponer esa medida en cualquier momento.
No hubo transparencia, no hubo claridad, no hubo verdad. La inconsistencia de sus argumentos fueron sobrepasados por los documentos presentados y declaraciones como la de Mauricio Cruz, el representante de Odebrecht que dio cuenta pormenorizada a la comisión Lava Jato de los depósitos de esa empresa a Westfield Capital y a First International Partner.
Hoy la vacancia presidencial ya está sobre la mesa y no hay marcha atrás. Se demanda altura y mesura de nuestros políticos y un debido proceso con derecho a la defensa antes de tomar la decisión final. Hasta entonces el país seguirá en vilo.
La renuncia, sin embargo, es todavía una posibilidad. “Nos costó mucho recuperar esta democracia, no la volvamos a perder”, dijo Kuczynski. En sus manos, señor presidente, está la respuesta.
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