Tres acciones para que el censo sea realmente útil

El último de los 241 indicadores que miden los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es haber realizado un censo nacional de población y vivienda en los último 10 años. Todos sabemos que un censo sirve para mejorar la toma de decisiones, pero la clave está en cómo utilizas la información del censo y la conviertes en una herramienta poderosa para transformar y mejorar la calidad de vida de las personas. Para ello, será importante que la sistematización de la data tenga un enfoque territorial y cultural, y que baje no solo a nivel distrital sino también a nivel de barrios y centros poblados. Esto permitirá que podamos identificar dónde están las desigualdades sociales dentro de un mismo distrito y qué grupos poblacionales están más excluidos, para así priorizar las acciones en función a cerrar esas brechas internas.

Lo segundo será contar con un sistema de datos abiertos que permita trabajar la data de manera flexible y ágil, no solo para el INEI sino para especialistas dentro y fuera del Gobierno. Todos los ciudadanos deberíamos tener acceso de manera amigable.

Lo tercero es contar con un Plan Nacional de Estadística que ayude a mejorar el sistema estadístico nacional, que permita organizar mejor la data que ya estamos generando. Esto debe reenfocar la forma de pensar y hacer gestión de políticas públicas dentro. Los funcionarios públicos deben empezar a tomar decisiones en función a la data y no a su intuición o a favores políticos. De esta manera, los presupuestos nacionales, regionales y locales de los diferentes niveles de gobierno deberían estar organizados en función a los territorios o grupos poblacionales que realmente necesitan ser priorizados con urgencia. Necesitamos hacer hablar la data, pero, más que eso, necesitamos escucharla.