‘Capitán Arturo’: fin de la impunidad

Fecha Actualización

16/04/2023 - 07:00

A casi 35 años del asesinato de su padre, Sharmelí Bustíos, hija del periodista Hugo Bustíos, llegó a su casa y encendió dos velas: una para el difunto corresponsal de Caretas y otra para Margarita Patiño, su madre, quien falleció hace siete años en un trágico accidente, manteniendo aún la esperanza de que la justicia condene a Daniel Urresti por el asesinato de su esposo. El miércoles último, el Poder Judicial se tomó ocho horas de lectura para dictar 12 años de cárcel a Urresti, quien en 2009 fue sindicado por su compañero de armas como uno de los coautores directos del crimen.

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Mientras escuchaba su sentencia, el ‘capitán Arturo’ —como Urresti era conocido entre los militares— miraba fijamente las cámaras que transmitían el juicio para todo el país. Quizás recordando episodios de su largo proceso, como el ‘careo’ que tuvo con la testigo Isabel Rodríguez Chipana, cuando esta lo acusó de participar del asesinato de Bustíos y, luego, abusar sexualmente de ella en dos oportunidades.

O la vez que en televisión nacional perdió los papeles durante el debate por el sillón municipal de Lima, tras la pregunta que le formuló la periodista Josefina Townsend sobre la posibilidad de ir preso si era condenado en el segundo juicio que afrontaba. Lo que finalmente sucedió.

Hoy, seis meses después de la contienda electoral, yace recluido en el penal Castro Castro. Una cárcel a la que acudió en más de una oportunidad para fiscalizar cuando era ministro del Interior de Ollanta Humala. Pero esta vez todo es distinto, pues el que está preso es él.

Su efímera popularidad al mostrarse como un candidato implacable contra el crimen lo llevó a ser el segundo candidato más votado de la capital en 2022. Sin embargo, tenía cuentas pendientes con su pasado.

Daniel Urresti es un político que gozó del poder y de uno de sus más conocidos efectos: creerse impune. Su condena llegó más de tres décadas después, tiempo suficiente para que Sharmelí y sus hermanos, deudos de Bustíos, no confíen en esta justicia que tarda y que, en ocasiones, no llega.

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