El Estado no soy yo

Mónica Delta,Opina.21mdelta@peru21.com

Sin embargo, más allá de la intención política de distanciarse de la fisonomía del expresidente García, y subrayar que se siente un gobernante atlético, los peruanos necesitamos un Estado eficiente. En un año de gobierno, poco o nada ha cambiado. Tenemos, peor aún, un Estado estancado y, en algunos sectores, hasta paralizado. Se han desacelerado las inversiones, el Gobierno Central solo ha ejecutado el 20 por ciento de su presupuesto, incluso menos que los gobiernos regionales; ni siquiera se han dado pasos iniciales para la tan mentada reforma del Estado; nadie sabe a ciencia cierta cómo nos defenderemos ante la crisis internacional.

¿Cuáles son las políticas anticíclicas que echaremos a andar? Estas se basan en dos aspectos de los que actualmente cojeamos. La promoción de la inversión privada, en un 80%, y en obra pública, lo que resta. Tenemos muy poco de la una y de la otra. Estos primeros 12 meses han sido de aprendizaje para Ollanta Humala –como él mismo lo ha admitido– y, por lo demás, hemos vivido "en piloto automático". Se acabó el recreo. Se terminó el calentamiento. Es hora de competir.

En el segundo año tiene que haber gestión, y de la mejor. Aunque el ministro Castilla trata de poner paños fríos a lo dicho por la aseguradora de riesgo Moody's, que ha levantado una alerta ante los cambios de gabinete entendiendo que son un síntoma de falta de manejo en los conflictos sociales, la procesión debe ir por dentro.

El Estado no funciona mejor por "un montón de buenas voluntades", tampoco con un manejo asistencialista. La única manera de hacerlo es generando riqueza, acabando con un sistema que promueve las corruptelas, con líderes que actúen con firmeza y decididos a lograr objetivos que no favorezcan el "statu quo", ni a pequeños grupos revoltosos y, tampoco, a las grandes élites, sino que otorguen más oportunidades a más peruanos. El Estado no es nuestro "atlético Ollanta", sino todos.